En fin, al final llegó pero de refilón y convertido en tormenta tropical, pero porque hubo suerte porque fue un huracán "de los buenos". Nosotros tuvimos que quedarnos un día más en el hotel (que pena que no hubiera sido una semana) y el mal tiempo nos estropeó un par de días con sus consiguientes excursiones. Sobre todo nos dio pena no poder bañarnos en ese paradisiaco lugar que tenéis abajo y que seguro muchos habréis visto en foto (razón por la cual mis papis se han prometido volver, ojalá que sea pronto). La foto de arriba, por cierto, era de la playa del hotel y se pueden ver las grandes olas que trajo el huracán (yo estoy en la foto pero porque me ha puesto mi papi… os lo digo porque ya sabéis que todas las fotos del blog son reales y si alguna es un montaje de fotochó yo os lo cuento –palabra de oveja-).
Vamos que sobrevivimos al huracán y no nos pasó nada. La verdad es que estábamos en un hotel muy chulo con buenos cimientos de hormigón, y eso daba tranquilidad, porque si hubiésemos estado en un sitio de ésos de cabañitas… precioso sí, pero ante un huracán… Por cierto, mis papis aún conservan una carta que les echaron por debajo de la puerta y que decía cosas como… “Con motivo del paso del huracán Iván se puede esperar el paso de una tormenta tropical con ráfagas de vientos de velocidades entre 60 y 100 kilómetros por hora, acompañados de lluvias”, “Le informamos que su habitación cuenta con una cortina anticiclónica, que puede usted cerrar en caso de que los vientos azoten los cristales de la terraza”. No pasó nada pero ¿a que acojo…?
2 comentarios:
Siempre lo he dicho, Molly eras una superviviente nata, y lógicamente tus papis también.
N
Eso no lo dudes querido amigo. Un abrazo para ti y para todos tus compis!!!
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