La solución pasa por la lavadora, lugar adonde suelo ir después de un viaje “de los buenos”. Pero no, tranquilos, no penséis que es una experiencia traumática; de hecho es de lo más divertido. A los peluches nos encanta meternos en la lavadora. Nos lo pasamos pipa porque es como un parque acuático y una montaña rusa, todo al mismo tiempo, y encima sales limpita y reluciente.
Por cierto, sirva esta foto para presentaros a una de mis mejores amigas: Gertrudis, alias Gertru. Es una de las más mayores de la casa y la más responsable porque además de peluche cumple una función social: es un cojín. De todos modos no creáis, que es una vaca con mucha personalidad; y si no echad un vistazo a la foto de abajo…
A Gertru le encanta la música y sobre todo el de los teclados de Mecano, el Nacho Cano ése…
No hay comentarios:
Publicar un comentario