sábado, 29 de noviembre de 2014
Despidiéndonos de nuestro viaje más largo...
Parece mentira pero sí, por fin acabo de contaros el viaje que empecé aquí, nada menos que hace cinco años. La verdad es que cuando comencé tenía claro que había que dedicarle tiempo, pero es verdad que me he pasado. Eso sí, ha habido tiempo para hacer algun viaje más, que era la idea. Y es que ya sabreis que si escribo este blog es porque desde que nacio Sofía dejamos de viajar, así que la idea era hablar de mis viajes pasados mientras la peque se hacía mayor y pudiéramos volver a viajar.
Es verdad que, mientras tanto, os he ido contando también las escapaditas que hemos hecho en estos años, además de esas otras cosas de las que me gusta hablar (como el fútbol y eso). El caso es que, ahora, cinco años después de que empezara con este relato y con la peque ya con 7 años cumpliditos, por fin voy a dar por acabada esta historia. Así, ya os puedo empezar a hablar de viajes que ya han sido en la "era post-Sofía". Vamos, básicamente, os tengo que contar nuestras visitas a Nueva York, incluyendo la tercera y última que nos llevó también a Orlando (¡Disney World!).
Pero bueno, acabo ya con el viaje a Turquía y Grecia con nuestros últimos días en Estambul. Os recuerdo que antes del circuito por la Capadocia y el crucero por el Egeo ya tuvimos un par de días para visitar Estambul en los que estuvimos en Santa Sofía, en La Mezquita Azul, la Cisterna, el Gran Bazar y el Bazar de las Especias, en la Torre Galata y en unos cuantos sitios más, todos recomendables. Pero, por supuesto, nos quedaban cosas por hacer. Por cierto que hay que decir que llegar a Estambul en barco es una bonita experiencia ya que se ve una vista preciosa de la ciudad. Para haceros una idea os dejo esta foto donde podéis ver la Mezquita Azul y Santa Sofía.
Bueno, como os decía, nos quedaban cosas por hacer en Estambul. Una de ellas era darse un baño turco... Bueno, dárselo mis papis, que yo me quedé en la mochila dentro de una especie de taquillas extrañas... Por cierto que me alegro porque me contaron que un turco les pegó una buena paliza al darles el masaje.
Ademas también volvimos a entrar en la Mezquita Azul (aprovechando que es gratis) y esta vez ya tuvimos más tiempo para ir a comprar en el Gran Bazar. De ahí es esta foto que os enseño de Pili y Montse, que fueron las dos chicas que nos acompañaron la mayor parte del viaje. Por cierto comprando unos vaqueros en una tienda que nos recomendaron unos chicos durante el crucero y que no sé ni cómo encontramos, porque el bazar es como un enorme laberinto.
Aquí también nos pasó una cosa divertida. Mi padre se quería comprar un cinturón de piel pero no encontraba lo que quería. Cuando por fin lo vio, empezó a regatear (inevitable) y como le parecía muy caro lo que le pedían se marchó de la tienda. El turco salió detrás de él gritando ¡Catalán, catalán, ven aquí! (tampoco es que supiera mucho más de español por cierto). Mi padre le dijo que de catalán nada (con todos los respetos para los catalanes, de hecho Pili y Montse lo son ;-), que era madrileño pero que el cinturón era muy caro. Al final lo compró a la mitad del precio que le pedían, que según mi padre era todavía caro para ser Estambul, pero aceptable para España. Ahora lo del turco persiguiéndole por el bazar fue muy divertido, y de hecho él suele contarlo a los amigos :-)
Y ya para acabar contaros que nuestra última noche fuimos a cenar a un restaurante que está situado en la terraza de un edificio junto a Santa Sofía, con lo que os podéis imaginar las vistas. Bueno, no hace falta que lo imaginéis mucho, porque la foto que os he puesto para abrir el post me la hicieron allí, aunque hay que decir que no salió demasiado bien. El restaurante es de lujo para lo que se estila en Estambul, pero aún así lo que comimos fue bastante normalito y la cuenta como si hubiéramos cenado en Madrid (osea bien para España, cara para Estambul ;-)
En fin, el caso es que fue un buen cierre para un viaje inolvidable. Ni que decir tiene que nos quedamos con ganas de volver algún día a todos estos sitios. Lo gracioso es que, sin pretenderlo, este verano volvimos a la mayoría de ellos sin que me hubiera dado tiempo (vale, es un decir) a acabar siquiera el relato :-)
Besos de peluche para tod@s y gracias como siempre por pasaros.
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