Visitando Atenas

Muy buenas a tod@s
Aquí estoy una vez más para seguir contando el viaje que hicimos por Turquía y Grecia, ése que llevo contando ni se sabe y que empecé aquí. Eso sí, os adelanto que ya estoy acabando, porque sólo me queda esta entrada y la próxima que ya será la última.

En fin, esta vez toca hablar de Atenas, como sabréis la capital de Grecia y otra de las paradas del crucero, ya la última antes de regresar a Estambul. Curiosamente nuestra idea inicial fue hacer este mismo crucero pero saliendo desde Atenas, con lo cual en vez de una excursión, la capital griega hubiera sido nuestro punto de partida y hubiéramos estado aquí varios días conociendo la ciudad, en vez de hacerlo en Estambul. Y digo curiosamente porque, a pesar de esta primera idea, al final nos gustó mucho más Estambul. Por lo menos a mi padre, que me decía que Atenas le había decepcionado un poco.

La verdad es que son dos ciudades que poco tienen que ver, y desde luego que Atenas es bastante menos exótica que Estambul, al fin y al cabo el estilo griego y romano son hermanos, con lo que es algo mucho más conocido para nosotros.

Pero hablemos de Atenas. Como decía, a padre le decepcionó un poco seguramente porque tenía muchas ganas de conocerla. Resulta que sus padres (mis abuelos ;-), estuvieron en Atenas hace un montón de años (un viaje que les regalaron... es una larga historia) y desde entonces mi padre tenía ganas de visitarla, y sobre todo conocer el famoso Partenón, ese edificio que véis detrás de mí en la foto y que es una de las maravillas del mundo antiguo. Y claro, cuando alguien tiene muchas muchas ganas de conocer algo a veces le decepciona. Luego tened en cuenta que esto fue una excursión, con lo que tampoco pudimos conocer demasiado Atenas. 

Nos llevaron al Partenón, donde aparte del monumento (en obras, parece que desde los tiempos de Aquiles ;-) y un museo, lo mejor son las vistas de toda la ciudad que queda a los pies. Para que os hagáis una idea os pongo una foto ¿chulo, no? 

Luego también nos llevaron a ver algún otro monumento (no recuerdo cómo se llamaba pero era un templo con unas columnas enormes que es lo único que queda en pie) y finalmente nos dejaron por el centro para que comiéramos por libre. Nos fuimos para el barrio de la Plaka, que es de lo más pintoresco de Atenas. Esta zona es realmente muy chula y recomendable, llena de tiendas y restaurantes. Mis papis y la pareja de chicas catalanas con la que íbamos comieron en una terracita una ensalada griega y una mousaka (¡toma ya topicazos!) y se pasearon tranquilamente, para luego volver a la Plaza Syntagma donde les recogían para volver al barco.

Ah sí, también fuimos a ver el Estadio Olímpico, no el original de Olimpia (que no es Atenas) donde se celebraban las olimpiadas en la antiguedad, sino el de aquí donde se empezaron a celebrar las Olimpiadas modernas (todo esto me lo cuenta mi padre de memoria, así que lo mismo se equivoca que ya va teniendo su edad ;-).
Os dejo una foto para que lo veais, pero deciros que a mi padre también le decepcionó un poco, porque se esperaba algo más grande o espectacular...

En fin, el caso es que conocimos Atenas y desde luego fue muy interesante (aunque a mi padre le decepcionara un poco). Seguro que unos días en la ciudad hubieran hecho que nos enamoráramos de ella. A ver si en un futuro...

Bueno, espero que os haya gustado el post y os recuerdo que ya sólo queda otro para acabar, por fin, este viaje tan larrrrrrrrgo. 

Gracias a tod@s por leerme y besitos de peluche :-)